Los investigadores, encabezados por el veterinario Takefumi Kikusui, reunieron a 30 perros con sus dueños en una misma habitación, durante 30 minutos, y observaron lo que ocurría: miradas, caricias, voces mimosas. Y, antes y después del experimento, midieron la cantidad de Oxitocina, tanto en la orina de las mascotas como en la de los amos. Las conclusiones de Kikusui, de la Universidad de Azabu (Japón), son sorprendentes: cuanto más se miraban a los ojos los perros y sus dueños, más oxitocina producían sus cerebros. “Estos resultados respaldan la existencia de un bucle de oxitocina que se autoperpetúa en la relación entre humanos y perros, de una manera similar a como ocurre con una madre y su hijo”, sostiene el equipo de Kikusui, que publica sus conclusiones en la tapa de la prestigiosa revista Science.
A lo largo de miles de años, durante el proceso de domesticación, los perros habrían evolucionado para imitar un comportamiento, la mirada de los niños, que provocaba recompensas y mimos. “El alma que hablar puede con los ojos, también puede besar con la mirada”, recitaba el poeta Gustavo Adolfo Bécquer. Kikusui dice lo mismo, pero de los perros y sus dueños.
En la actualidad los perros son utilizados en múltiples terapias de ayuda. Este año, en la Villa Panamericana de Toronto 2015 –en los juegos Panamericanos- 125 perros especialmente adiestrados están siendo utilizados para ayudar a los atletas que allí se alojan a relajarse con su compañía antes y después de las competiciones.
Esta iniciativa, que habitualmente se emplea con pacientes ingresados en hospitales y con ancianos, pretende ayudar en esta ocasión a los deportistas a combatir el estrés y la ansiedad habitual de esos días, así como la añoranza por estar lejos de sus casas. Ya hace mucho tiempo que el mejor amigo del hombre participa con éxito en terapias para el autismo y las discapacidades mentales o intelectuales. Ha probado su utilidad para disminuir el estrés, mejorar el estado de ánimo y la capacidad de atención. La convivencia con perros disminuye la presión arterial y el colesterol, aumenta el sentido del humor, reduce los niveles de ansiedad y las enfermedades. También evita afecciones coronarias y es muy bueno para los niños en etapas tempranas. No lo dude, un perro mejorará su vida.