En el año 2009, unos cincuenta artistas entre directores, autores y actores desarrollaron un proyecto teatral en un antiguo prostíbulo de Madrid. En las trece habitaciones del ex burdel se alojaron trece grupos independientes con la consigna de crear una obra teatral de menos de 15 minutos para un público de un máximo de 15 personas por sala sobre un tema común: la prostitución. Estas obras se representaban tantas veces como público hubiera durante tres horas. Alguna de las obras llegó a representarse más de veinte veces al día. Gracias a los distintos enfoques que creó cada uno de los grupos, el público recibía muy distintas visiones del tema.La experiencia fue un éxito total. Colas de más de 200 personas se formaban horas antes de comenzar la función.
Así nació este formato de entretenimiento cultural llamado Microteatro. Un nuevo concepto en la forma de hacer teatro. Micro obras de entre diez y quince minutos representadas en espacios pequeños para menos de quince espectadores por obra y con varias sesiones al día. EL formato se ha extendido a distintas ciudades del mundo: Madrid, México DF, Guadalajara (México), Veracruz, Puebla (México), Buenos Aires, San José de Costa Rica, Lima, Valencia, Almería, Málaga, Sevilla y… también Miami. Y se entiende porque Miami crece. Y no es únicamente en población, sino también en actividades culturales. A pesar del estereotipo con el que frecuentemente carga la ciudad respecto de su fisonomía, cada día tenemos más actividades culturales para elegir. Y este es un fenómeno que se expresa cada semana durante todo el año. Y una de esas tantas apuestas por el arte y la cultura se produce en el Centro Cultural Español ubicado en Downtown Miami con el ejercicio del Microteatro.
Un espacio abierto convertido en lounge permite el acceso a 9 escenarios creados dentro de enormes contenedores – como aquellos que se usan para transporte en barcos – donde en cada uno de ellos se desarrolla una obra diferente. 9 obras simultáneas; 9 historias distintas; 1 mismo tema; 15 espectadores por función; 15 minutos por obra, y cada obra repetida 6 veces; esto hace un total de 54 representaciones por noche. Un gran esfuerzo que vale la pena disfrutar y difundir. El costo por obra es de 5 dólares y el espectador decide cuántas obras quiere ver. Miércoles y jueves solo obras en inglés. Para los amantes de la lengua de Cervantes viernes, sábados y domingos todas las obras son en español. El predio también posee un cálido bar de tapas al aire libre, ideal para matizar entre obra y obra.
El Microteatro parece haber conquistado a ese público joven, que busca originalidad y sorpresa en dosis breves. Esa nueva generación Y que dedica poco tiempo pero a una variedad casi infinita de cosas. El Microteatro, entonces, parece haber sido hecho casi a su medida. A disfrutarlo.